En un esfuerzo por fortalecer la diversificación productiva se realizó la implementación de sistemas agroforestales (SAF) en donde participaron activamente 75 familias de los territorios Matanza, Rionegro, Charta, Tona y Suratá. Como parte de este proceso se entregaron 3.000 árboles contribuyendo a la restauración y conservación ambiental, el fortalecimiento de la seguridad alimentaria y el ingreso económico a las familias campesinas involucradas.
El proyecto avanzó hacia la transición de 144 hectáreas mediante un modelo escalonado, participativo y monitoreado, permitiendo garantizar la apropiación del conocimiento. La integración de este modelo fortaleció la organización comunitaria, resiliencia frente al cambio climático, diversifica fuentes de ingreso y aprovecha los servicios ecosistémicos.
Los resultados reflejan un impacto positivo en el territorio, evidenciando una tasa de supervivencia del 90% de los árboles implementados. Es importante recalcar la importancia de la integración de las familias dentro del proceso para lograr sistemas productivos ambientalmente sostenibles, económicamente viables y socialmente aceptados.












